Miercoles, 15 de Enero , 2025  10:03:56 PM

Barrio Chino de La Habana: la magia de milenarias tradiciones.

Autor:  Fernando Antonio Peón Sáchez

12 de Octubre de 2021

Singularidad y típicos atractivos han convertido al Barrio Chino en uno de los lugares más visitados de La Habana.
Descendientes de la comunidad chino-cubana participan en el proyecto sociocultural del Barrio Chino. Las tradiciones de esta nación asiática se fortalecen y enriquecen con los valores de la cultura cubana.
Imponente, con un estilo constructivo perteneciente a las dinastías Ming y Sing, el Pórtico del Barrio Chino de La Habana advierte de la llegada a un sitio único envuelto en la magia de antiquísimas tradiciones. Es el mayor de su tipo en América Latina, conformado por columnas y techos ornamentados con granito y mármoles traídos expresamente de China que se yerguen en el corazón de la capital cubana en evocación de típicas usanzas del Lejano Oriente.
La primera evidencia de la presencia china en Cuba data de julio de 1847, cuando la fragata Oquendo, procedente del puerto de Amoy, atracó en la bahía habanera transportando a 206 chinos consignados a la Real Junta de Fomento. Ese fue solo el primero de muchos otros desembarques.
Los chinos, llenos de ilusión y esperanzas, se enrolaron en la aventura de viajar al Nuevo Mundo desconociendo el carácter engañoso de sus contratos, que les deparaban las más duras faenas del campo en condiciones de semiesclavitud. El escape a la opresión política y religiosa que vivían en su país de origen o las ansias de prosperar económicamente cuentan entre los móviles de dicho éxodo, proveniente en su mayoría de la provincia de Kwangtung (Guangdong). En consecuencia, y de acuerdo con fuentes oficiales, a finales del siglo XIX poblaban el archipiélago cubano más de 150 000 chinos culíes. Consta en los anales de la época que la emigración china a Cuba se caracterizó por ser casi exclusivamente de solteros, evidencia del interés de los colonos por conseguir mano de obra para las labores agrícolas, a las que debían dedicar 12 horas diarias.

LOS CHINOS EN CUBA


La comunidad china en Cuba llegó a ser una de las más prósperas e importantes de América, y sus miembros se agruparon en asociaciones fraternales, regionales, profesionales, patronímicas o comerciales, algunas de las cuales aún existen. Si bien los naturales y sus descendientes se dispersaron por todo el archipiélago cubano, el Chinatown habanero ha constituido por siglos su principal asentamiento poblacional en esta nación del Caribe.
A mediados de los años 50 del siglo XX el Barrio alcanzó su máximo esplendor y llegó a ser el más populoso y famoso de Latinoamérica, con sus comercios y pequeños puntos de ventas de productos, su periódico, fiestas tradicionales, danzas, teatro y artes marciales. Algunos historiadores coinciden en que a partir de la denominada Danza de los Millones, motivada por un alza en los precios del azúcar durante la Primera Guerra Mundial, el sitio cobró una enorme vitalidad con la aparición de ricos mercaderes que expendían vajillas, sederías y perfumes llegados de Asia.
En relación con ese auge, el escritor cubano Alejo Carpentier comentaba que esos mismos mercaderes acaudalados contrataron en Cantón, Shangai y San Francisco, a algunas de las compañías chinas de artes dramáticas más importantes de ese tiempo.
En la actualidad la comunidad chino-cubana está integrada por unas pocas centenas de nativos y por miles de descendientes de primera, segunda y tercera generación, asociados al Grupo Promotor del Barrio Chino. Se mantienen en activo una farmacia, un periódico, un cine y varias instalaciones de servicios y comercio.
El Grupo Promotor, fundado hace una década, promueve y ejecuta acciones de rescate, fortalecimiento y enriquecimiento de los valores, costumbres, tradiciones y aportes de la presencia china al patrimonio cubano. La reanimación del Barrio como zona de desarrollo cultural, social, económico y turístico, centra su labor. Es por ello que potencia la cooperación entre la República Popular China y las comunidades de ultramar con Cuba.
Entre las actividades que promueve para atraer el interés sobre la presencia china en Cuba se encuentran el estudio de su cultura e historia, cursos de idioma, práctica de artes marciales, danzas típicas, teatro, y aplicaciones de la medicina tradicional. El grupo organiza además eventos teóricos y prácticos, celebra fechas tradicionales, festivales artísticos y deportivos, así como ferias comerciales y recreativas de alcance local, nacional e internacional.
Singularidad y típicos atractivos han convertido al Chinatown en uno de los lugares más visitados de La Habana, preferido por la profusión de restaurantes que ofrecen lo mejor de la cocina china a precios económicos. Con especial concentración en el Cuchillo de Zanja, entre Rayo y San Nicolás, en escasos 60 metros de largo proliferan varios establecimientos que conforman la arteria comercial más importante de la zona. Platos típicos de la cocina china, junto a exponentes de la culinaria criolla e internacional caracterizan los pequeños restaurantes de participación familiar que gozan entre turistas foráneos y nacionales, de una bien ganada reputación.