El cementerio chino en el Vedado


En varias manzanas de tierra en la calle 26 – a tres cuadras de la cale 23- , en dicha barriada del Vedado, estaba el cementerio chino. el dia de los fieles difuntos chinos que se celebraba el primer domingo del mes de abril de cada año, las distintas sociedades familiares y de otro tipo, el Casino Chung Wah, que traducido quiere decir casino chino, rentaba numerosos automóviles y visitaban las tumbas de sus antepasados, siguiendo el rito budista, les llevaban incienso, comida, tales como pollo, lechón, todo asado; flores etc. que ponían en la tumba, que generalmente tenia la fotografía del difunto o difuntos, dentro de un nicho. Al terminar la ceremonia budista, con inclinaciones de cabeza, se llevaban los alimentos cocinados a sus respectivas sociedades para su consumo. Este espectáculo lo podemos ver en los barrios chinos de San Francisco, Los Ángeles y Nueva York, en el citado mes de abril. Este cementerio existe todavía bajo la Cuba de Castro.
Reinvindicanlo los terrenos del Cementerio chino de La Habana y del Casino Chung Wah en amistad 420, Habana. Paginas 82-83-84.
Como todo jurista tuve, en casi catorce anos de ejercicio intenso de profesión, mis altibajos, alternando triunfos con algunas decepciones y fracasos.
A finales del siglo 19, no estando aun legalmente constituido el casino chino Chung Wah, que quiere decir China, bajo y en tiempos del imperio Manchú un cónsul chino inscribió en el Registro de la Propiedad, a nombre propio, terrenos comprados con colectas de la colonia, para ser dedicados a cementerio para enterrar a sus muertos de acuerdo con sus costumbres y para construir en el corazón de la Habana un amplio local social.
Cuando en la década del 50 deciden los dirigentes de la colonia construir un moderno edificio de tres plantas en la calle Amistad No. 420, yo, en mi condición de abogado del casino y Martínez Nebot, arquitecto y contratista de la obra, nos enteramos que los terrenos en cuestión pertenecían legalmente a herederos del cónsul chino, fallecido hace luengos años. En el cementerio de la calle 26, en el Vedado a unos cien metros de la intersección con la calle 23, - de gran tráfico e importancia-, había los ejecutivos del casino, actuando como dueños, cercado el solar, enterrando a sus muertos, construyendo mausoleos y nichos. Igualmente, en el antiguo local del casino, la posesión quieta, pacifica e ininterrumpida por más de treinta anos se había efectuado, y además, ellos tenían como titulo una escritura a nombre del señor cónsul de marras. Solo había pues que probar judicialmente estos hechos.
Interpusimos a nombre del casino (ente jurídico inscripto en el Gobierno Provincial de la Habana), un juicio declarativo de mayor cuantía, en el Juzgado de Primera Instancia de Almendares, entonces situado en el segundo piso de un edificio provisional, en Galiano casi esquina a Dragones. Nos amparamos en el Código Civil Español vigente en Cuba, en lo que los romanos llamaban ¨ usucapión ¨, o sea, prescripción adquisitiva de dominio en virtud de tener el casino chino posesión quieta y pacifica de los inmuebles, ininterrumpidamente, por mas de treinta años, lo que preceptos específicos del Código Civil autorizaban, aun sin necesidad de justo titulo (una escritura, un documento privado de compraventa, etc.), o buena fe. Que nosotros si teníamos, en la creencia errónea de que estaba el inmueble debidamente inscripto en el Registro de la Propiedad correspondiente. Tócale el asunto al juez Jorge Cowley Fernández Saavedra, en la secretaria de Hermogenes Jiménez; ambos hombres mayores, de gran experiencia jurídica, adquirida por muchos anos de servicio en el Poder Judicial de Cuba. Tomo casi un año y por fin conseguimos sentencia favorable, declarando con lugar la demanda, todo con participación del fiscal del partido. Con la sentencia firme logramos la inscripción de las propiedades.