Desde alrededor del año 200 a. C., muchos documentos sobre el teatro se refieren a la corte central y demuestran que los emperadores patrocinaban el teatro tanto como divertimento como para acompañar sacrificios a los antepasados y dioses. El canto y la danza constituyen la fuente lejana de la mayoría de las artes teatrales, que son inseparables del teatro tradicional. Se presentaban primero en el espectáculo en forma de ballet que, a pesar de su origen popular, conoció pronto gran éxito en la corte, como también ocurriera en el caso de estilos de música y cantos populares presentados sin más relación con otras artes. Decorados de figuras en relieve de principios de los Han (206 a.C.- 220 d.C.), descubiertas por la arqueología, representan escenas de danza e ilustran este tipo de espectáculos. En esta época, parece que los actores solían llevar máscaras que representaban a espíritus de animales, como peces, aves, linces, leones, osos, leopardos o tigres. Aunque las máscaras y el maquillaje están conectados sólidamente con exorcismos de enfermedades, plagas, espíritus negativos, cambios estacionales o políticos, etc, y con piezas rituales como Expulsión de las pestilencias, así como con diversos ballets propiciatorios, es posible que ya desde el periodo Zhou (1066-221 a.C.)-, también desde muy pronto estuvieron presentes, pero es el maquillaje lo que finalmente prevalece en el teatro chino.
En Cuba el teatro chino más conocido es el Shangai donde sus representaciones tenían alto contenido erótico, lo que si es cierto es que en nuestro país existió un teatro donde sus obras eran de contenido social.
En esta sala tenemos una pequeña muestra de los instrumentos musicales y el vestuario utilizado en las diferentes obras teatrales, imágenes de las divas y la pieza principal es el piano de cuerdas que perteneció a Rosa Jo una de las músicos del teatro.